lunes, diciembre 10, 2007

TANGO



Mi piel...
Fue bordada por tus bandoneones
En aquella noche de profundos versos
En calles de lodo amanecido...

Tango...
Déjame labrar el ritmo distante
De tus agonías
Tu pleno vivir de pasión arrabalera
Y cada andar moribundo
Vestido en la sangre de tu voz criolla

Déjame
Cruzar tu intensa orilla
Penetrar profundo en el sollozo rasgado,
Unir mi sangre a la luz de tu alborada...

Quiero sentir otra vez tu hechicero lamento
unir a èl mi propia queja
y juntos , como una sola nota,
alcanzar la cima de tu desvarío.

M. Eugenia Miranda


miércoles, noviembre 07, 2007

HASTA PRONTO...



Habrá algún día
En que mi barca solitaria
Surque otra vez tus aguas...
Hoy...el umbral da cabida a mis pasos
Y el viento lleva lejos mi voz anochecida...

Dejé sobre tu mesa mi pincel de colores
Mis palabras de soledad empedernida
pétalos de esperanza que aún guarda mi cuerpo
mis segundos con sabor a verso
todas las canciones de mis manos,
mariposas en constante movimiento.

Dejo para ti los besos que nacen
Del caudal interminable de mis noches
Y los sueños que se acumulan en mi armario.

Quise hacer brillar estrellas en tu caminar pausado
Pintar de sol tu mirar oscurecido
Llenar de amaneceres las horas que rompió el silencio
Pero se me acabaron los sonetos
En el camino se marchitaron las rosas
Y ya no queda agua en los estanques.

El tiempo gira,
el reloj marca su paso sobre mi piel de añoranza
El rocío se ha vuelto un largo llanto
Y la noche tibia
Trae aroma a despedida.


M. Eugenia Miranda

martes, septiembre 18, 2007

ADIOSES


Guardo en mi armario como hojas de otoño,
tantas despedidas...
Voces que fueron presencia
manos de largos silencios.
Palabras azules
en aromas de otros cantos...

A veces ...
intentan derribar las puertas
y el clamor del pasado se yergue , punzante.
Entonces, los contengo, invento nuevos verbos,
sueños de mágicas orillas y los adioses callan
sus lágrimas marchitas...

Otros, simplemente escapan por la ventana.
Van deshaciendo la noche
sembrando a su paso
luces de otros continentes, en el firmamento distante.

Despedidas de suspiros dorados
manantiales de aguas mansas...
Sólo una brisa,
y la página del tiempo las borra
como alas de pájaros perdidos
en algún recodo de mi historia.


M. Eugenia Miranda L.

sábado, julio 21, 2007

MORIR ES DOBLAR LA ESQUINA





Cuando mis párpados tomen
los caminos del sueño
y otro sol alumbre las tinieblas,
no pienses que me he ido...
sólo doblé la curva
que separa lo real
de lo imposible.

Estaré en cada instante
de tus horas.
En cada silencio,
entre murmullos,
seguiré tus canciones
siendo viento en tus manos.

Hay figuras que llevan al retorno
lugares más allá del pensamiento,
instantes que existen
sin estar anunciados
o momentos que fueron
tan solo distancias.

Cuando deje la envoltura
que ya has visto
y encuentres la luz
entre mis restos,
habré vuelto a mi casa
y ya no habrá despedidas.



M. Eugenia Miranda L.

MANUAL DE PROCEDIMIENTOS



Entre todos los manuales
del día a día,
intento unir mi voz
al rol de documentos

Cuánto papel inútil
si el palpitar del alma
sólo se escribe
en sollozos o risas
en gestos de amor
y manos extendidas

Los suspiros de escritorio,
el caminar del reloj,
pasos que no encierran
sino anhelos clandestinos
recodos que no tienen nombre,
frustración de estanterías...

Entre los procedimientos
no se enseña
cómo dirigir palabras a
los árboles
ni el camino incandescente
de los sueños,
ni el vivir
de almas errantes...

Vamos haciendo nuestros
los rincones oscuros
para llorar miserias.
Y esconder
en alguna carpeta,
a los ojos insensibles,
los deseos postergados.

Y así olvidamos
que hemos sonreído
ante el color diáfano del agua
o el halo tibio de la brisa.


Envejece nuestro cuerpo
entre instrucciones.
Entre el sabor del poder
y el brillo de nuevos expedientes.
Acumulamos paredes
Y construimos cárceles
para el desencanto.

Entonces,
en mi garganta
sólo queda
el grito desgarrado
de un manual de procedimientos.



María Eugenia Miranda L.

INTERMINABLE



Eres simplemente...interminable
tu mirada cubre lo imposible
el océano eterno en la membranza
los pasos sin retorno
y en las orillas perdidas
bullentes olas de playas venideras...

Interminable....en todos tus sentires.
Los dolores planetarios, cicatrices que dejó el tiempo
sobre tu piel de guerrero.
Infinito para todas las batallas
término y principio de círculos mágicos.
Pasajero etéreo en su barco de niebla,
andador meditabundo de galaxias


El silencio es tu itinerario
luz y sombra de todos tus caminos
recodo insondable en escondidos puertos
cuna tibia de tus noches insomnes.

Interminable...
en tus manos de poeta
en versos de imágenes antiguas
en estrofas dulces de pasión inacabable.
Árbol de troncos ancestrales
pincel creador de todas las esquinas...

Cuando tu camino deje mis horas
dando vida al sueño de otros días,
seguirás siendo a la distancia
simplemente...interminable.


M. Eugenia Miranda L.






MADRE TIERRA




Hoy,
introduzco mis raíces en tu tierra
en la humedad llovida de tus ramas
en las hojas hechas firmamento...

Se esfumaron las bocinas,
el sórdido gritar de los semáforos...
Sólo la placidez de tu mojado laberinto
envuelve mis horas,
en sentires encantados, en sueños de arroyos perdidos...

Eres la voz que llama mi esencia nativa,
el deslizar imperceptible de mi savia
entre el clamor de ritmos ancestrales.

Entonces,
Sumerjo mis manos en el aroma de hierba
el coro de quienes te viven,
en cada una de tus gotas aladas...

Y así,
vuelo libre entre tus brazos
buscando en los recodos caminos secretos
aromas recónditos ,
quimeras
encendidas de tibios hálitos

Navego lento el sabor de tu alborada,
la luz que incendia tus manantiales límpidos
y mi voz se tiñe de tu sangre
en canto de utópicos colores.

En tu grito agreste encontré mi territorio,
lo que siempre he sido
más allá del tiempo... y la distancia.
M. Eugenia Miranda L.











AZUL



Dime si es el mar que en su mecer continuo
trae la tibieza de tu piel hasta mis manos
Si es su humedad salobre la que recorre tu rostro
en todos sus miradas,
en la huella que quedó
al marcar tu paso en la existencia.

Dime si es el mar que se cuela en tu alma
tocando cada fibra ,
cada lágrima,
cada sonrisa...
Y deja su sabor antiguo en tu garganta.

Azul...
en su voz infinita, en su fuerza siempre creciente
en su paso voluptuoso
que deja pisadas en tu arena.
Quien te lleva a paraísos donde no existe el tiempo
ni está escrito el retorno.

Es allí, superficie estrellada
donde los pensamientos se diluyen formando otras esquinas,
lugares de ensueño para viajeros solitarios,
seres de almas perdidas.
que no tienen paraderos ni lechos de descanso.

Azul...
en sus brazos se arrullan las tormentas
encuentran nido mis lágrimas
reposan ensoñaciones...

M. Eugenia Miranda L.






BESOS







Encontré tus besos sobre las hojas de otoño
Llegaron a mí como pájaros
Alimentando los balcones del sueño...
Filtrándose, como halos de luz
En mi ventana...

Van dejando en mis días su soledad salobre
El inquieto parpadear de las luciérnagas
Y ese ademán tibio de albas nuevas.

En ellos, bebí tu alma absorta
La herida misteriosa de tus noches
El dolor escrito en la memoria
De arenas pretéritas...


Me cautiva su poder adormecido
el susurro entre sombras,
promesa de tesoros ocultos
Y la fina piel de la añoranza...
Son fin y principio,
un momento sublime en el rastro de mis pasos
El rumor que nace en tu río huracanado
Y se diluye de pronto en otras estaciones
playas doradas y sentires de cristal.






M. Eugenia Miranda L.